Libros
Arquitectura con materiales residuales y alternativos
Guía didáctica 2ª EDICIÓN
Guía didáctica 3ª EDICIÓN
Ecoart, educación ambiental
Talleres de arte con residuos
Construir con residuos
Primer Manifiesto Ecoart
Experiencias de construcción con residuos
MANFIESTO ECOART
Breve resumen
Desde los orígenes más remotos de la humanidad, el arte siempre ha sido un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, el arte refleja una época. ¿O es el arte el que incide en la cultura y acaba marcando época? Sin duda, ambos se reflejan mutuamente.
El arte es muy importante para poder entender la historia. Vivimos tiempos excepcionales, de retos y cambios constantes, llenos de emociones y eclecticismos. Crisis económicas, crisis espirituales y existencialistas, crisis sanitarias, crisis ecológicas… Nos estamos enfrentando al que podría ser el mayor reto de nuestro tiempo.
En un escenario tan desafiante y dinámico, el arte no puede quedar excluido. Presento una nueva y estimulante propuesta artística: el Ecoart.
El ser humano, la sociedad, solo tiene un camino: girar el rumbo y darle contenido a su existencia a través del ser, no del tener.
Inmersos dentro del paradigma del sistema de economía de finales del segundo milenio, donde el consumismo nos ha llevado a una sociedad en señal de alarma, mi actividad es una de las medidas revulsivas, entre muchas, para hacer frente a esta problemática.
No se trata de volver a formas arcaicas.
La tecnología, en un nivel de desarrollo que supone un cambio cualitativo, se presenta como “nueva naturaleza”.
¿No será pues urgente empezar a re-humanizar esa “nueva naturaleza”, dentro y fuera del propio ser humano? ¿Comenzar nuestra propia rehumanización?
La solución a todos estos problemas no está sólo en manos de los gobiernos o multinacionales.
Cuando existe una gran variación y una sensibilidad por el arte, significa que la sociedad ansía evolucionar hacia una mejora. También traduce la revolución interna.
Recoger lo arrojado como resto, en un proceso de construcción para la destrucción, y traerlo a la posibilidad de la contemplación estética, de la realización espiritual. Quizás, hablar de “nuevo arte” no sea una exageración. Y quizás un arte nuevo de un nuevo hombre en una nueva naturaleza sea lo que se persiga desde este momento.
De ahí que lo que hoy existe como vanguardia, denuncia, reflexión o acción pedagógica, a través del color, la forma y la textura, es lo que le corresponde al arte, para ayudar a liberar la enfermedad que padecemos como seres humanos, inundados en el egoísmo del materialismo.
Los ingentes volúmenes de desechos que se acumulan, como inmensas montañas monstruosas detrás de nuestras impolutas y asépticas ciudades, en algún rincón incógnito, dicen mucho de nuestra civilización.
Escondemos la basura en un afán de ocultar nuestra vergüenza derrochadora, ante la mirada atónita de la naturaleza, que no puede comprender como una de sus hijas, la especie humana, actúa en contra del sentido común.
En realidad, el problema no es la tecnología, ni el exceso de dióxido de carbono, ni el calentamiento global, ni los residuos… esos son los síntomas del problema. El problema es nuestra mentalidad. Es un problema fundamentalmente cultural.
¿Qué podemos hacer nosotros ante todo esto?
¿Hasta qué punto somos responsables?
El Ecoart construye la esencia de un nuevo despertar, de una nueva persona: la que debemos ser cada día para nosotros mismos y para la naturaleza, la auténtica, la genuina, con el fondo divino que sostiene el universo.
Con mi obra pretendo poner de manifiesto la interdependencia de las dimensiones: artística, educativa, económica, medio ambiental, social, todas ellas cada vez más indisociables y llamadas a reforzarse mutuamente en pro de un re-encuentro armónico entre el hombre y la naturaleza.
La más inesperada consecuencia de la evolución del arte moderno y la miríada de experimentos que lo nutren es que ya no existe criterio objetivo alguno que permita calificar o descalificar una obra de arte, ni situarla dentro de una jerarquía, posibilidad que se fue eclipsando a partir de la revolución cubista y desapareció del todo con la no figuración.
El Ecoart, en este momento el movimiento emergente más vital y acorde con lo que está sucediendo en nuestra sociedad, aunque marginado por sus propias características y sujeto a distintos avatares y ataques, posee un enorme potencial. Es un movimiento que está militando para mejorar nuestro medio ambiente, nuestro planeta, nuestro único hogar.
Ha llegado el momento de empezar a crear las bases para una nueva cultura que imperará en esta nueva era.
El Ecoart como herramienta informativa, pedagógica y educativa.
El Ecoart para ayudar al hombre a ver y a comprender la realidad, a cambiar paulatinamente de sistema de vida.
El Ecoart como vía de concienciación de las fuerzas globales que nos afectan.
La meta de arte no es la promoción unilateral del espíritu, alma y sentidos, sino la apertura de todas las capacidades humanas -pensamientos, sentimientos, voluntad, esperanza- al ritmo vital del reino de la naturaleza. Así la voz sin voz será escuchada y la esencia de uno mismo entrará en armonía.
La obra se produce en forma de cadena ininterrumpida entre concepto, visión y ejecución, y por tanto entre mente, ojo y mano. Esta tensa cadena siempre está a punto de romperse.
La acción corresponde a la persona humana, que empeña la incertidumbre de su naturaleza existencial, de sus movimientos y gestos, de sus visiones, en la configuración de un espacio propio que, entre otras maneras, se manifiesta y establece en el carácter visionario del arte.
Todo nace para morir, todo muere para nacer.
Una obra de arte es al mismo tiempo una realidad estética y un hecho social: uno más de los lenguajes que utiliza una sociedad para expresarse, afirmar o condenar. Las obras de arte se sitúan siempre en una determinada perspectiva de relación ante las normas y las convenciones generadas por la tradición artística y la convivencia de la sociedad; pueden fortalecer las tradiciones, enriquecerlas, cuestionarlas e incluso contradecirlas.
Lo inútil, si expresa algo para nosotros, ya es útil, y lo útil que sirve para explotar, reprimir, esclavizar, etc. es realmente inútil al valorar su función. Acabamos descubriendo que las expresiones pueden ser buenas, pero su utilización varía según los intereses sociales, hasta el punto que pierden totalmente su sentido inicial.
Por eso la pregunta:
¿Es útil? Es inútil?
Eres útil? Eres inútil?
Mucha gente considera que el entorno del arte y su papel en la configuración del día a día y en la vertebración social y económica no se discute, lo da por sentado y lo considera incuestionable. Esa incapacidad de cuestionamiento es lo que asfixia la educación y lo que la convierte en una de las estructuras ideológicas y representaciones del consenso y del poder más eficaces.
Detenerse a pensar en los cambios en los modelos y en las formas del arte y de la comunicación pública quizás ayude a comprender el papel del arte, de los museos y de la educación artística en la actualidad demarcada por la economía del conocimiento, el trabajo inmaterial, la globalización y la sociedad de la información
La búsqueda del equilibrio ecológico pasa por el esfuerzo por que todo ciudadano, ya desde la etapa escolar sea debidamente informado, motivado, estimulado, en una palabra: EDUCADO.
El arte supone una alfabetización visual: comprender una imagen, ir más allá.
” Dame un pez y comeré un día, enséñame a pescar y comeré toda la vida”
La complejidad del siglo XXI pide que imaginemos mejores mundos posibles, a la vez que necesita que mantengamos viva nuestra capacidad de transformar la realidad social.
La creatividad es la capacidad de todos, debe ser desarrollada para encontrar salidas evolutivas. Es un “motor”, porque sirve para activar la consecución de una finalidad que, en este caso, es de tipo político, socio-cultural, ecológico, medioambiental y educativo.
Es importante recordar que en la Historia de la Humanidad hubo siempre innovadores sociales y si no fuera así, seguiríamos en la prehistoria, antes del descubrimiento del fuego. Se trata de utilizar estas fuerzas de cambio y transformación para enfrentar problemas reales con el fin de generar impacto en la calidad de vida de los grupos sociales.
Se impone la creatividad aplicada a los cambios sociales y culturales.
Una acción puntual puede parecer algo más efímero, más sencillo de realizar y no por esto es menos importante.
Pequeñas acciones realizadas por mucha gente de manera simultánea, pueden generar grandes cambios importantes para la vida colectiva.
Buscamos continuamente nuevas experiencias estéticas para alimentar y estimular nuestra creatividad.
Para definir la creatividad hemos de ser creativos. Es un proceso, ya sea artístico o cotidiano, que “desestructura” las categorías lógicas, y cuyo resultado es “algo” novedoso en contenido o expresión.
Una obra de arte, a veces puede provocar un cambio de actitud en una persona de una manera mucho más sutil y efectiva, que un largo discurso.
¿Nunca te has estremecido o emocionado al ver un cuadro o escuchar una melodía?
Marta Soriano, como artista del detritus neo-industrial es uno de los exponentes del inicio del movimiento de reintegración de lo tecnológico a lo humano, en el sentido de que el tiempo ya exige. Realiza exposiciones en galerías de arte y en ferias de medio ambiente exhibiendo así su obra: un sentimiento ecológico, una defensa del equilibrio de la naturaleza.
El ser humano que se pone de pié por si sólo y decide su propio destino, hace que el Universo entero se ponga de pie para respaldarlo y hacerlo realidad.