En un entorno ideal para venir a disfrutar de unos días de descanso en la naturaleza, sentir la magia de este carismático rincón del paraíso, impregnado de buena energía.
En este oasis de paz, desde donde casi puedes tocar el cielo con la punta de tus dedos, encuentro mi inspiración para crear y escribir.
Es un placer recibir huéspedes de los cinco continentes y poder atenderles personalmente en su propio idioma.
Hago todo lo que está en mis manos para que los viajeros tengan una estancia agradable, les recomiendo mis restaurantes favoritos, mis calas secretas con playas tranquilas, y esos rincones especiales para personas entrañables, a donde no va el
turismo masivo de la Costa Brava.
Aquí el tiempo se transforma, mientras observas el gran azul, esa sutil línea donde se une el cielo y el mar, respiras el aroma del bosque y de las especies aromáticas autóctonas que crecen en este lugar: romero, lavanda, tomillo… o escuchas la sutil combinación del sonido del silencio con episodios de conversaciones entre aves salvajes, dialogando y cantando armónicamente a ciertas horas del día.